25/07/2019 - En 2017, la empresa horticultora suiza Hempner International Ltd hizo una transición al cultivo del cannabis. Hoy en día es una de las mayores productoras del país, en rápida expansión. Daniel Zürcher, CEO de Hempner, revela el secreto de su éxito.
Antes de que Hempner International pasase a la industria del cannabis, era una empresa agrícola corriente que cultivaba diversos tipos de verduras. La reducción de los márgenes causada por la competencia de las empresas de Europa del Este la hizo reconsiderar sus principales objetivos y planes de crecimiento.
Cuando Suiza legalizó el cannabis en 2011 —con niveles de THC por debajo del 1 %—, no surgió de inmediato una gran demanda. Pero las tornas cambiaron en 2017. Daniel: «La repentina ola de interés por una industria que no producía grandes ventas significaba que el mercado era todavía relativamente joven y sin experiencia. En consecuencia, ninguno de nuestros proveedores tradicionales pudo brindarnos una ayuda eficaz para el control de plagas. Nos recomendaron diversos pesticidas químicos, pero ninguno resultó adecuado».
«Una empresa de jardinería profesional a la que recurrimos nos aconsejó hablar con Andermatt, distribuidora del Grupo Biobest. Habíamos trabajado con ella antes, pero con el tiempo habíamos perdido el contacto. Cuando restablecimos nuestra colaboración, nos recomendó de inmediato los insectos beneficiosos de Biobest para el control biológico de plagas», explica Daniel.
A través de la publicidad boca a boca, Hempner comenzó a trabajar con Andermatt y Biobest. ¿Alguna vez se plantearon otros productos? «No —dice Daniel—, porque confiamos plenamente en la experiencia de nuestro socio. Cuando empezamos a trabajar con los productos de Biobest, instalamos también pruebas de conteo en diferentes salas. Mientras que los cultivos sin sus productos tuvieron todo tipo de problemas, los cultivos que recibieron los tratamientos de Biobest florecieron sin complicaciones».
Aunque Suiza es tradicionalmente indulgente en materia de regulaciones, Daniel insiste en que la calidad nunca peligra: «Aunque los pesticidas no están completamente prohibidos, pocos cultivadores de cannabis los utilizan, y Hempner no está entre ellos. Suministrar productos de alta calidad es nuestro principal objetivo, y el control biológico de plagas es la mejor manera de lograrlo. Por otra parte, para garantizar la calidad incluso hemos desarrollado nuestro propio sistema de iluminación led, la “Hempner Skybar”».
No obstante, desde 2017 y con la ola de popularidad del cannabis, han desaparecido muchos productores. «Pero los que continúan han elevado considerablemente los estándares y se han profesionalizado más —asegura Daniel—. Para eso resulta clave tener socios de confianza: celebramos reuniones mensuales con Andermatt, que nos está ayudando a afinar nuestros procesos, y recientemente hemos tenido un seminario con Biobest. Vinieron, investigaron y nos dieron algunos consejos para seguir mejorando. Siempre estamos dispuestos a aprender y mejorar, y unos pares de ojos extra sin duda vienen bien».
Aunque el control biológico de plagas no es obligatorio (en Suiza), Daniel Zürcher está convencido de que es necesario para ofrecer productos de calidad. Las medidas preventivas son un elemento clave en el éxito de los cultivos, pero cuando de repente surgen problemas también es importante saber adaptarse. Daniel concluye: «Biobest y Andermatt han demostrado ser unos socios atentos y dignos de confianza, y han resultado cruciales para nuestro proyecto de crecimiento».
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