El picudo rojo de las palmeras, Rhyncophorus ferrugineus, se ha extendido en los últimos años de manera preocupante por todos los países del arco mediterráneo atacando a un gran número de palmeras de varias especies, siendo Phoenix canariensis la más afectada. Conscientes de este problema, Biobest Sistemas Biológicos y la Fundación Cajamar organizaron el pasado mes de noviembre unas jornadas técnicas en Valencia para conocer mejor el problema y la forma de controlarlo.
TEMAS TRADADOS
Las Jornadas abordaron todos los aspectos técnicos y prácticos para ejercer un eficaz control sobre Rhynchophorus ferrugineus. En la primera jornada se detallaron los aspectos claves de la biología del picudo rojo y su dispesión por todo el territorio nacional, así como los ataques que produce a las distintas especies de palmeras, principalmente Phoenix canariensis y Phoenix dactylifera.
Asimismo, se abordaron en profundidad los sistemas integrados de control de la plaga, que, se basan en un adecuado monitoreo para su detección precoz, el uso del nematodo entomopatógeno Steinernema carpocapsae, que es ejemplar generalmente entre 5 y 6 veces al año, un tratamiento químico anual únicamente en los meses más calurosos, cuando los niveles de humedad relativa son bajos en el ambiente y, en casos extremos, la realización de cirugías en ejemplares para sanear las palmeras más dañadas.
La combinación de los nematodos con la aplicación del producto químico en los protocolos de actuación se basa en el mantenimiento prolongado en el tiempo de una eficacia suministrada periódicamente por los nematodos, junto con la acción de choque rápida y sin tanta persistencia de un producto químico autorizado para tal uso durante las semanas de máximo riesgo de infección. Con este protocolo de aplicaciones, las palmeras permanecen protegidas durante los 12 meses del año.
El nematodo es aplicado en las palmeras directamente en la corona de los ejemplares en la única fase de su ciclo de vida en la que puede vivir fuera del insecto huésped (fase infectiva juvenil, IJ). Una vez allí, entra en la corona y se distribuye por todo su volumen. Cuando S. carpocapsae encuentra a las larvas, crisálidas o adultos del picudo se introduce en su interior por los orificios naturales del cuerpo (espiráculos respiratorios, boca y ano), y es allí donde completa su ciclo de vida.
Durante la segunda jornada se abordaron aspectos prácticos en el control de la plaga. Se realizaron aplicaciones del nematodo entomopatógenos y se realizaron saneamientos mecánicos y las denominadas “ventanas de inspección”, muy útilies para evañiar ataques tempranos de la plaga en la corona de los ejemplares.
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